Una política monetaria inconsistente

Eliana Scialabba y Leandro Moro

Como si poco hubiéramos aprendido de la última corrida cambiaria, la política monetaria sigue sin lograr un programa de estabilidad con fundamentos sólidos, que permitan la previsibilidad de mediano plazo, afectando así la estabilidad de precios y la actividad económica.

A partir del dato de inflación de enero (+49,3% i.a.) surgen varios interrogantes de porque no tiene los efectos deseados la política de emisión “cero” en la aceleración de los precios, de modo que intentaremos repasar algunas de las principales causales.

Uno de los principales obstáculos que dificultan la estabilidad cambiaria y de precios, es que se persigue un doble compromiso, como objetivo de política: el control de agregados monetarios entra en conflicto con el control de tipo de cambio.

Las altas tasas de interés producto de la elevada inflación, la restricción monetaria, y el gran endeudamiento del gobierno, volvieron a generar espacio para el carry trade, y así, el ingreso de dólares, apreciando el tipo de cambio real: en enero las reservas internacionales aumentaron 16,1%, llegando a USD 66.811 millones.

Para inicios de febrero la base monetaria excedía a la meta en $ 67.000 millones. Desde diciembre 2018 a febrero 2019, la misma aumentó un 10%, a la vez que el peso se apreciaba dejando al valor del dólar por debajo de la banda inferior.

Se hace evidente entonces que las restricciones que generó el doble objetivo de política económica terminan por alejarse de sendas metas, dado que aquellos pesos emitidos de más, luego corrieron contra las reservas, y volvieron a generar volatilidad cambiaria.

Aquí otro problema. Paradójicamente, las bandas cambiarias tienden, en algunos casos, a generar la volatilidad que intentan prevenir. Cuando el valor del dólar perfora el piso de la banda, las expectativas de devaluación aumentan, y a la postre esta necesariamente se produce.

Por otro lado, las Leliqs juegan también un rol fundamental en el problema de la estabilidad dado que son promesa de emisión futura y eso impide aplacar las expectativas de inflación.  El monto a enero ascendió a 815.782 millones de pesos, mostrando un aumento de 14,9% respecto de diciembre 2018.

Como dato de color, el M3 desde enero de 2018 y enero de 2019 aumentó un 48,0%, mientras que la inflación para el mismo período fue de 49,3%, lo que sigue echando por tierra el fundamento de la inflación multicausal.

El problema del ciclo político y la apreciación del tipo de cambio: frente a la incertidumbre electoral, no caben dudas que cualquier rumor (fundado o no), generará una corrida hacia la moneda estadounidense. Sin embargo, dado que cualquier suba nominal de tipo de cambio se traslada a precios, el tipo de cambio real comenzará a atrasarse nuevamente (mientras las “bandas de flotación” se actualizan al 2% mensual, en enero la inflación se ubicó en el 2,9% y se estima que en febrero superará el 3%).

En definitiva, las medidas de emergencia lograron impedir una megacrisis del tipo hiperinflacionaria, pero dada sus propias restricciones, no genera buenos resultados de mediano/largo plazo.

Entonces, ¿qué hacer? Sin lugar a dudas, el desajuste monetario viene ligado a un problema mucho mayor: el enorme déficit fiscal. Con un Estado que cada vez necesita más recursos para financiar un gasto desproporcionado, la deuda pública o la emisión monetaria son las herramientas a las que puede echar mano. Sin embargo, ambas devienen, como plantean Sargent y Wallace, en más emisión de dinero y, consecuentemente, más inflación (la diferencia radica en la intertemporalidad y los costos políticos, económicos y sociales asociados a esta).

Por lo tanto, hasta que no se lleve adelante una reforma de carácter integral (del Estado, laboral, previsional), no será posible encauzar la economía en un sendero de crecimiento.

Publicado en República Económica, 24/02/2019

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Economía real y cuentas fiscales

La crisis cambiaria afectó negativamente a la economía real, aceleró la inflación y erosionólos ingresos de los trabajadores. Para2019 se espera una caída del PIB en torno de 1,5%, y una inflación no inferior al29%. Bajo estas condiciones, reaparecieron las dudas sobre el cumplimiento de la meta fiscal acordada con el FMI para este año.

Adolfo Bosch y Eliana Scialabba

1.Contexto

El excesivo “gradualismo” de la gestión de Cambiemos asestó un duro golpe al desempeño económico de 2018. La corrida cambiaria que llevó el dólar de $20 a $42 aceleró la necesidad de ajustar los desequilibrios monetarios y fiscales, con la supervisión del FMI. El ajuste forzado por la crisis llevó a que 2018 sea un año decepcionante en materia económica:la inflación en 2018fue del 47,6% i.a., lamáxima desde 1991,y la actividad económica se contrajo un 2,2% i.a. (acumulado a noviembre). Estos resultados afectaron negativamente el nivel de empleo y el desempeño fiscal. En tanto, la inflación “pulverizó” los salarios reales y la recaudación en términos reales, empeorando los indicadores de pobreza e indigencia.

Los últimos datos oficiales de la economía real muestran signos de deterioro de la actividad económica: de los 32 indicadores del siguiente Cuadro, los que aparecen con color verde indicando una mejora respecto de la medición inmediata anterior son nueve: Otros 10 en amarillo reflejan variación insignificante o nula respecto de los valores reportados en el período anterior, mientras que 13 aparecen en color rojo, reflejando un inequívoco empeoramiento:

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2. Demanda interna

Las ventas de los shoppings a precios corrientes en noviembre 2018 alcanzaron un total de 5.902,1 millones de pesos, (+20,6, % interanual). Sin embargo, a precios constantes la variación fue negativa, reflejando una baja del 16,3%. Para el período enero-noviembre de 2018 las ventas en shoppings acumularon una caída interanual de 0,8%, revirtiendo la suba interanual para enero-octubre, de 0,7%.

En cuanto a las ventas de supermercados en noviembre de 2018 fueron de2018 respecto al mes de noviembre del año 2017, a precios corrientes crecieron 33,3%, pero a precios constantes cayeron un12,5%. En el período enero-noviembre de 2018 las ventas de supermercados crecieron 27,1%, pero aprecios constantes se redujeron un 2,3%.

A su vez, el patentamiento de autos 0km, cayó 10,9% en 2018, observando una fuerte caída de 40,6% i.a,,en diciembre pasado, superada a su vez por la de noviembre, con un desplome de 45,9%i.a. Enero no mostraría cifras más alentadoras. Según varias concesionarias las ventas habrían registrado una caída en torno del 50% i.a. Por otro lado, la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina informó que para este año espera una caída de unidades vendidas entre 25 y 30% respecto de 2018.

3. Actividad económica

El estimador mensual de la actividad económica (EMAE) en noviembre de 2018 cayó unos 7,5%i.a. en noviembre pasado. Los sectores de actividad con mayor caída respecto a igual periodo del año anterior fueron comercio mayorista y minorista, y reparaciones (-17%), industria manufacturera (-12,6%)y construcción (-11,4%).En el otro extremo, los sectores de actividad con menor caída respecto a igual periodo del año anterior fueron agricultura, ganadería, caza y silvicultura con 1,9%, enseñanza con 1,0% y electricidad, gas y agua con 0,7%.El PIB, a su vez, cerró el tercer trimestre con una caída interanual de 3,5%, levementeinferior a la del trimestre anterior (-4,0% i.a.).

4. Actividad industrial

El Estimador Mensual de Actividad Industrial (EMI) del INDEC cerró noviembre 2018 con una caída 13,3% i.a., y los primeros 11 meses acumuló una contracción de 3,8%i.a.. Desagregando por sectores de esta rama se observaron las siguientes variaciones interanuales para enero-noviembre de 2018:

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5. Capacidad instalada de la industria manufacturera

El dato de noviembre pasado fue de 63,3%, nivel inferior al de noviembre (69,2%), y también al de octubre de 2018 (64,8%),mostrando inequívocamente una dinámica de caída permanente, no transitoria, de la actividad del sector.

6.Construcción

El Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC)de diciembre 2018 caýó20,5% i.a., de modo que para todo 2018 registró un aumento de apenas 0,8% desestacionalizado.

El resultado positivo del año se explica debido a que durante los primeros meses la actividad creció fuertemente, traccionada por la obra pública, principal afectada por el ajuste fiscal. A partir de junio comenzó a contraerse, profundizándose su deteriorocon el transcurso de los meses.

En diciembre, las mayores contracciones de presentaron en los rubros Sanitarios de cerámica (-40,3% i.a.) y Asfalto (-39,8% i.a.). En tanto, a pesar de la expansión anual, el rubro Asfalto se contrajo un 11,0% i.a., debido al mencionado recorte de la obra pública.

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Los puestos de trabajo del sector sufrieron en noviembre de 2018 un descenso 0,7 % con relación al mes anterior y de 3,3 %i.a. Para enero-noviembre 2018, todavía se mantuvo en un 3,0% superior al de igual período de 2017.

7. Empleo registrado y salarios reales

La contracción del nivel de actividad y la aceleración de la inflación tuvieron su consecuente impacto en el mercado de trabajo. De esta forma, 2018 cerró con menor nivel de empleo y de salarios reales.

De acuerdo al Ministerio de Producción y Trabajo, a noviembre se perdieron 172.200 puestos de trabajo registrado respecto al mismo mes del año anterior (-1,4% i.a.), mientras que respecto al mes anterior la caída fue de 38.100 puestos de trabajo (-0,3%).

En noviembre de 2018, dentro del sector privado, se redujeron en términos anuales tanto los asalariados registrados (96.000 incluyendo casas particulares) como los trabajadores independientes (10.500 trabajadores menos). De esta forma, cayó el empleo 1,4% i.a. y 0,3% mensual.

En el sector público también se verificó una contracción en términos interanuales, aunque mucho más moderada que la del sector privado: se perdieron 6.800 puestos de trabajo, lo que representó una caída del 0,2% i.a., mientras que se expandió un 0,2% respecto al mes anterior.

La destrucción de puestos de trabajo, asociada a la caída del nivel de actividad, ha sido más significativaen los sectores “Industria Manufacturera” (-5,2% i.a.), “Construcción” (-4,0% i.a.) y “Comercio y reparaciones” (-2,6% i.a.).

En cuanto a los ingresos, el INDEC informó que en noviembre los salarios nominales aumentaron un 27,9% i.a., muy por debajo de la inflación. De esta manera, hasta noviembre de 2018 el poder de compra de los salarios (salario real) se contrajo un 20,5% i.a.

04Con más grado de desagregación, las cifras oficiales indican que la suba nominal de los salarios fue de 29,2% i.a. en el sector privado registrado, 27,8% i.a. en el sector público y 25,0% i.a. en el privado no registrado. La caída de los salarios reales hasta noviembrefue, por cosiguiente,de 19,2% i.a. para lostrabajadoresprivados registrados, 20,7% i.a. para los empleados públicos y 23,5% i.a. para los no registrados.

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8. Comercio exterior

El saldo de la balanza comercial de diciembre de 2018 cerró con un superávit de U$S1.369 millones de dólares. Las exportaciones aumentaron un 15,4% i.a. y las importaciones cayeron 27,1% i.a.. Es importante destacar que, en el acumulado de los doce meses del año 2018 según grandes rubros y usos, el que tuvo una mayor variación por el lado de las exportaciones respecto a igual periodo del año 2017, fue combustible y energía con 41,2% y el rubro que tuvo una mayor caída del lado de las importaciones fue vehículos automotores de pasajeros con 17,1% y en segundo lugar los bienes de capital con una caída del 11,9%.

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9.Sector público

9.a. Recaudación

La recaudación tributaria se incrementó un 31% i.a. durante 2018, totalizando los 3.382.644 millones de pesos. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos del gobierno para recaudar más impuestos, la suba del nivel de precios también afectó negativamente los ingresos del Tesoro, los cuales se contrajeron un 16% i.a.

La expansión de la recaudación se explicó principalmente por el alza del 44% i.a. de “IVA”, que sumó 1.104.580 millones de pesos, un tercio de la recaudación total. No obstante, a pesar del incremento nominal, perdió un 3% i.a. en términos reales. Otros tributos que aumentaron en términos nominales pero que presentaron retrocesos en términos reales fueron: “Seguridad social” recaudó un 25% i.a. más, por lo que cayó un 23% i.a. real; impuesto a las Ganancias aumentó un 34% i.a., 14% i.a. por debajo de la inflación,y los ingresos por el gravamen sobre Créditos y Débitos en cta. cte. creció36% i.a., perdiendo 12% i.a. de poder de compra.

En tanto, los tributos relacionados con el comercio exterior tuvieron una fuerte expansión tanto en términos nominales como reales. El incremento del dólar duplicó la base imponible en pesos y además el gobierno extendió el cobro de retenciones a las exportaciones de todo tipo de bienes y servicios.

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De esta manera, los “Derechos de exportación” se expandieron nominalmente un 73% i.a., mientras que debido a la moderada suba de los precios de las exportaciones, los ingresos reales aumentaron un 67% i.a. Similar el caso de los “Derechos de importación”, que aumentaron un 52% i.a. en términos nominales y un 47% i.a. real.

9.b. Gasto público

El “Gasto corriente”creció 29% i.a. en2018hasta $3,1billones, 19% debajo de la inflación. Dicha subase explicó, principalmente, por el recorte de subsidios a servicios públicos(incluidos en “Transferencias Corrientes”) y la suba de las “Remuneraciones” de los empleados públicos por debajo de la inflación (+20% i.a.). A su vez, las prestaciones de “Seguridad social” se expandieron un 26% i.a. dado que se ajustan a la inflación pasada.

08Por otra parte, tal como se mencionó previamente, el gasto más afectado por el “ajuste” es el “Gasto de capital” (que incluye, en su mayoría, las erogaciones relacionadas con la obra pública), el cual sólo se expandió un 1% i.a. en términos nominales, con una caída real del 47% i.a. En el otro extremos, los gastos que se más se incrementaron fueron los “Intereses y rentas de la propiedad” debido a la expansión del stock de deuda, y por lo tanto, de los intereses devengados por esta. Durante 2018 este gasto se incrementó un 73% i.a. (+25% i.a. en términos reales).

9.c.Resultado fiscal

Durante 2018 el resultado primario totalizó los 338.987 millones de pesos, lo que equivale a 2,4% del PIB, mientras que el resultado financiero (luego del pago de intereses de la deuda pública) sumó 727.927 millones de pesos (equivalente a 5,1% del PIB).

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Si bien el gasto público creció a un ritmo menor que los años anteriores y los ingresos se expandieron a una mayor tasa, tal como se analizó en los apartados previos, el alto nivel de gasto indexado e inflexible a la baja dio lugar a un nuevo “rojo” fiscal, a pesar del ajuste fiscal llevado adelante por el Tesoro. En tanto, en términos de resultado fiscal, la reducción como porcentaje del PIB fue menor, dada la mencionada expansión de los intereses de la deuda pública.

10.Consideraciones

Los peores pronósticos se confirmaron para 2018, que cerró con una inflación del 47,6%, una caída del producto bruto interno en el tercer trimestre de 3,5% y una deuda pública que según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) pasó del 53,3% respecto al PIB a fin de 2015 al 77,4% a mediados del 2018.

A su vez, según las cifras presentadas por el FMI en Davos elpasado 21 de enero, la caída será del 1,7% i.a., mientras que la mediana del REM (BCRA) de enero estima una recesión del 1,2% para este año. En tanto, según el mencionado REM, la inflación se ubicará en torno al 29% este año, y el dólar cotizaría en torno de $4 8para el mes de diciembre.

Este menor nivel de actividad se traducirá en una mayor caída del nivel de empleo, afectando negativamente al consumo (afectado por los menores salarios reales), la inversión y la recaudación tributaria (dado que la mayor parte de la misma depende del consumo, la producción y los salarios). Inevitablemente seguirán aumentando los ya preocupantes índices de pobreza e indigencia en todas las provincias del país.

El efecto de este escenario de estanflación puede generar un problema adicional para el gobierno: el Tesoro debe cumplir con la meta de déficit cero acordada con el FMI, pero no se observa una fuerte desaceleración del gasto público más allá del freno a la obra pública y el recorte de subsidios a los servicios públicos.

A esto se suma a que una parte importante del gasto (social) se ajusta por inflación, lo que presionará al alza el gasto, complicando el logro del objetivo de un deficit primario nulo. Además con la recaudación atada al nivel de actividad,puede complicarse el cumplimiento de la meta para este año. En caso de no lograrse, el gobierno enfrentaríados opciones: que el FMI le permita cierto incumplimiento de la meta fiscal o bien incrementar el nivel de endeudamientopor encima de lo inicialmente previsto para este año y el próximo.

Sin embargo, dadas las condiciones más favorables del sector externo, este año no sería tan complicado acceder a financiamiento como en 2018. Además, el Tesoro está renovando casi la totalidad de la deuda con los acreedores privados, de modo queno sería de descartar en el peor scenario un aumento adicional del endeudamiento con el propio FMI.

Publicado en IEM USAL http://fceye.usal.edu.ar/archivos/fceye/docs/iem_feb_19.pdf