Inflación récord en julio: qué pasará en agosto con los precios en Argentina

La inflación de julio llegó al 7,4%, y fue la más alta en dos décadas en la Argentina. Tras este pico, se proyecta que el índice de precios al consumidor (IPC) también registrará una cifra importante en agosto, a pesar de las medidas dispuestas por el equipo económico que lidera Sergio Massa para tratar de aliviar la crisis.

Las proyecciones para el mes en curso señalan que el IPC que mide el Indec también podría cerrar por encima del 6%, según los datos de las principales consultoras.

Los analistas estiman que, mientras no haya señales fuertes de aumento de las reservas y de reducción de la brecha cambiaria, será muy difícil encaminar una desaceleración del índice por debajo del 5% durante varios meses consecutivos.

«Si bien se espera una desaceleración de la inflación respecto del 7,4% de julio, en agosto los precios subirían en torno al 6% mensual, lo que llevaría a una suba en torno al 76,5% respecto al mismo mes del año anterior. Esto muestra que si bien respecto al pasado mes la suba sería menor, cuando comparamos respecto a 2021, los incrementos no paran de subir”, remarcó Eliana Scialabba, directora Ejecutiva del Centro de Estudios Económicos Argentina XXI (CEEAXXI).

Nota completa en La Gaceta

Inflación sin respiro: ¿qué va a pasar con los precios en agosto?

Luego del pico de la inflación de julio, ya se proyecta que el índice mensual de agosto también podría cerrar por encima del 6% de acuerdo a las proyecciones de las principales consultoras económicas. Los analistas estiman que mientras no haya señales fuertes de aumento de las reservas y de reducción de la brecha cambiaria, será muy difícil encaminar una desaceleración del índice por debajo del 5% durante varios meses consecutivos.

“Si bien se espera una desaceleración de la inflación respecto del 7,4% de julio, en agosto los precios subirían en torno al 6% mensual, lo que llevaría a una suba en torno al 76,5% respecto al mismo mes del año anterior. Esto muestra que si bien respecto al pasado mes la suba sería menor, cuando comparamos respecto a 2021, los incrementos no paran de subir”, remarcó Eliana Scialabba, directora Ejecutiva del Centro de Estudios Económicos Argentina XXI (CEEAXXI)

“Desde que asumió Alberto Fernández, tomando el nivel general del IPC, los salarios reales acumulan una caída del 6,5%; y tomando el rubro alimentos, la caída del salario real acumula 10,7%. Esto muestra que los aumentos nominales de salarios se han quedado muy por detrás de la inflación, la cual continúa acelerándose, superando el 70% interanual, valor más alto en más de tres décadas”, agregó.

En la segunda parte del año, además, se aplicarán los aumentos de las tarifas de los servicios de energía eléctrica y gas natural para los usuarios que dejen de recibir subsidios de acuerdo a su nivel de ingresos. Para los que sigan manteniendo los subsidios, en tanto, habrá un tope de consumo a partir del cual también deberán pagar la tarifa plena, según el esquema que anticipó el Gobierno pero que aun no fue oficializado.

Nota completa en Infobae

Inflación de julio: cuáles son los productos que más aumentaron

Los precios al consumidor (IPC) subieron 7,4% en julio de 2022 respecto de junio y 71% interanual, alcanzado el mayor nivel del año e incluso superando la de marzo que ostentaba el triste primer lugar con un 6,7%.

La inflación en los precios acumuló un alza de 46,2% en los primeros siete meses del año. En ese sentido, cinco rubros se ubicaron por encima de la mediación general. De esos sectores, como se esperaba, el que más aumentó fue Recreación y Cultura con 13,2%

Le siguen: Equipamiento y mantenimiento del hogar (10,3%); Restaurantes y Hoteles (9,8%), Vestimenta y Calzado (8,5%) y Bienes y Servicios (8,1%).

Una mirada sobre el IPC

Eliana Scialabba, Directora Ejecutiva del Centro de Estudios Económicos Argentina XXI (CEEAXXI), comentó: “De acuerdo con los datos del IPC de julio, (7,4% nivel general y 6% alimentos), los salarios reales evidencian una caída interanual del 4,2% y mensual del 4,4%. Tomando el rubro alimentos, la caída mensual del salario real es del 4,6% (-5,4% interanual)”. 

“Desde que asumió Alberto Fernández, tomando el nivel general del IPC, los salarios reales acumulan una caída del 6,5%; y tomando el rubro alimentos, la caída del salario real acumula 10,7%.  Esto muestra que los aumentos nominales de salarios se han quedado muy por detrás de la inflación, la cual continúa acelerándose, superando el 70% interanual, valor más alto en más de tres décadas”, agregó Scialabba. 

“Sin dudas, el ajuste que propone el gobierno lo seguirán pagando los privados, con esta licuación de poder de compra de los ingresos salariales, sumado al recorte de subsidios a las tarifas de los próximos meses”, advirtió. 

Nota completa el Perfil. 11/08/2022

https://www.perfil.com/noticias/economia/inflacion-de-julio-cuales-son-los-productos-que-mas-aumentaron.phtml

El regreso de los déficits gemelos y la profundización de los desequilibrios macroeconómicos


Eliana Scialabba

Directora Ejecutiva CEEAXXI.

Después de varios periodos, específicamente desde septiembre de 2018 (exceptuando diciembre de 2020), en los que el resultado positivo del sector externo financiaba, al menos parcialmente, el enorme y creciente déficit público, en junio de este año el país a tener déficit en ambos sectores, y analizando la dinámica, esta parece ser una tendencia que llegó para quedarse.

En términos macroeconómicos, esto implica que el bajo nivel de inversión se reducirá aún más, debido a que el único sector que se encuentra financiando ahora ambos “rojos” es el privado, por lo que todo su ahorro se canaliza hacia estos dos sectores, sin margen para incrementar el stock de capital, dada la competencia por los recursos y la mayor rentabilidad obtenida por estos en el mercado de deuda pública, con el consabido mayor riesgo que tiene financiar al Tesoro. 

En el gráfico *1 se observa que, durante el último período del gobierno de MAURICIO MACRI y gran parte del mandato de ALBERTO FERNÁNDEZ, a pesar de que el resultado fiscal se mostraba en la mayoría de los meses con signo negativo, la balanza comercial generaba un saldo a favor de nuestro país. Hay que mencionar, no obstante, durante 2020 y principios de 2021, la dinámica del sector externo se encontró fuertemente influenciada por el cierre de la economía mundial en el contexto de pandemia de Covid, sumada a las crecientes restricciones que el gobierno de Fernández impuso a las importaciones, a fin de obtener este resultado a favor del país. La impericia del manejo fiscal y monetario han llevado a que la macroeconomía argentina se encuentra cada vez más estrangulada, dado que los superávits comerciales permitían al BCRA acumular reservas internacionales, aun cuando debía vender para mantener la paridad cambiaria. De esta forma, un instrumento de estabilización económica más que ha desaparecido.

 Lo más preocupante de la situación, es que el déficit comercial aparece en una coyuntura en la que los precios internacionales de los productos exportables se encuentran en niveles altos respecto a períodos previos, aunque también se verifico un fuerte incremento del precio de los combustibles por el conflicto entre Rusia y Ucrania, lo que ha presionado sobre el valor de las importaciones.

Lo más preocupante de la situación, es que el déficit comercial aparece en una coyuntura en la que los precios internacionales de los productos exportables se encuentran en niveles altos respecto a períodos previos

De acuerdo con datos oficiales, en el mes de junio las exportaciones totalizaron USD 8.432 millones, un 20,3% por encima de lo enviado al exterior en el mismo mes del año anterior, que sumó USD 7.010 millones. En tanto, durante el primer semestre del año, las ventas externas se incrementaron un 25,5%, pasando de USD 35.373 millones a USD 44.377, lo que indica una dinámica de envíos más que favorable para el país.

Sin embargo, cuando se analizan las importaciones, se observa que el alza de estas más que duplicó a las exportaciones: entre junio de 2021 y 2022 las compras al exterior aumentaron un 44,6%, pasando de USD 5.909 millones a USD 8.547. Similar ocurre cuando se compara el primer semestre del año. A junio del año pasado sumaban USD 28.600 millones y este año casi se duplicaron, pasando a USD 41.284 millones.

De esta forma, el resultado externo pasó de un saldo positivo de USD 1.101 millones en junio de 2021 a un “rojo” de USD 115 millones, lo que implica una caída anual del 110,4%. En el acumulado, en los primeros seis meses de 2021 el superávit externo totalizó USD 6.773 y en el mismo período de 2022 solo sumó USD 253 millones.

El determinante más importante de este resultado negativo en el sector externo es el tipo de cambio real, que se encuentra reduciéndose mes a mes, el cual podemos medir a través del índice de Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM), publicado por el BCRA. Este indicador es una medida de la competitividad: los valores por encima de 1 indican un aumento en el poder de compra de nuestras exportaciones, y por debajo de 1 una reducción.  

Saldo comercial y resultado fiscal

 En el gráfico *2 se observa una estrecha relación entre el ITCRM y el resultado de la balanza comercial. En la mayoría de los períodos con tipo de cambio real por debajo de 1, se verifica un déficit de balanza comercial, debido a que las importaciones, medidas en términos de nuestras exportaciones, se hacen relativamente más baratas, por lo que aumentan las compras al exterior a una tasa mayor que la que crecen las ventas. 

Saldo comercial y tipo de cambio real

Por otra parte, lo contrario ocurre con el ITCRM por encima de 1: las exportaciones se vuelven más competitivas y se encarecen relativamente los bienes importados, lo que muestra los saldos favorables. De esta forma, cuando observamos el indicador de competitividad, este pasó de 1,18 en junio del año pasado a 0,96 en el mismo mes de este año, presentando una caída del 18,7%.

 Este deterioro en el tipo de cambio real se explica volviendo a lo que mencionamos al inicio. El creciente déficit fiscal genera una necesidad cada vez mayor de emisión monetaria para financiar la brecha entre ingresos y gastos, debido a que Argentina se encuentra fuera de los mercados internacionales de crédito, y es relativamente bajo el nivel de deuda que puede colocar en el mercado interno. A pesar de que parte importante de la emisión la esteriliza a través de la venta de bonos del BCRA (Leliqs y Pases), la oferta de dinero se ubica por encima de la demanda, lo que genera una fuerte suba en el nivel de precios de la economía.

Publicado en Desafio Exportar N 205

La bomba monetaria que deberá desactivar el equipo económico de Sergio Massa

La dinámica monetaria se encuentra cada vez más cerca del desborde y a punto de explotar. El creciente stock de pasivos del Banco Central, tanto no remunerados (base monetaria) como remunerados (Leliqs y Pases), muestra las tendencias inflacionistas para los próximos meses, tendencias muy delicadas en materia de precios que el flamante ministro de Economía, Sergio Massa, deberá atender de forma urgente.

De acuerdo con información del BCRA, la base monetaria se incrementó en julio $ 335.078 millones, representando una suba de 52% respecto al mismo mes del año anterior y un 8.4% respecto a junio, totalizando un stock de $ 4.316.990 millones. Estos números por sí solos no dicen mucho, pero si lo comparamos con el stock al inicio de la gestión de Alberto Fernández, este ascendía a $ 1.734.073 millones, lo que implica que la base monetaria neta de esterilización ascendió un 149% desde diciembre de 2019.

Si se analiza la inflación acumulada durante ese mismo período, esta asciende a 176%. La diferencia entre ambos guarismos se debe al rezago de la política monetaria, y a otras operaciones monetarias como la esterilización llevada a cabo por el Central.

Esto nos lleva a tener que ver qué ocurrió con los pasivos remunerados, es decir los instrumentos que utiliza el BCRA para esterilizar el exceso de emisión, principalmente Leliqs y Pases. A finales de julio la deuda de la autoridad monetaria ascendía a $ 6.720.896 millones, con una suba marginal de $ 785 millones respecto al mes anterior, pero con un incremento del 72% respecto al año anterior.

Nuevamente, para pasar de la foto a la película, basta mencionar que en diciembre de 2019 el stock de deuda del ente emisor ascendía a $ 1.734.073 millones, lo que implica, nada más y nada menos que una suba acumulada del 479%.

Lo peor de la situación, es que este stock de deuda esconde varias cosas: en primer lugar, constituye un déficit público financiado con emisión monetaria, lo que implica que este, a pesar de ser abultadísimo según las estadísticas oficiales del Tesoro, esconde un «rojo» cuasifiscal de más de 6% del PIB, «escondidos» en el balance del BCRA.

Por otra parte, implica inflación reprimida, dado que es base monetaria sacada de circulación, que además paga una tasa de interés por encima del 50%. Si analizamos la relación de evolución de base monetaria e inflación, vemos que hay una estrecha relación. Dicho de otra forma, cuando extrapolamos los pasivos, la inflación adicional desde la asunción de Fernández estaría en torno al 400%, manejando cifras conservadoras.

Además, este dinero fuera de circulación también genera un «cepo» a la demanda de bienes, servicios y divisas. Dado el nivel inflacionario en el que nos encontramos, con los controles de precios en torno al programa de «Precios Cuidados», las tarifas congeladas y la imposibilidad de adquirir divisas que trajo aparejado una grave falta de insumos para la industria, la situación es muy delicada. Si este dinero no estuviera esterilizado generaría más escasez en todos estos mercados, con mayores presiones sobre las cotizaciones de mercados no regulados de bienes y los dólares financieros y blue.

Podríamos seguir enumerando los inconvenientes que genera a la economía tanto el crecimiento de la base monetaria y de los pasivos remunerados, pero con esta lista sucinta podemos hacernos una idea bastante acabada de que si bien la situación es compleja, podría transformarse en catastrófica dependiendo de la política monetaria que el nuevo ministro coordine para el Central.

Por último, con los datos presentados, se puede calcular un indicador que muestra la evolución de los pasivos remunerados en relación a la base monetaria. Vemos que al inicio del mandato de Fernández, la deuda del BCRA se encontraba por debajo del dinero en circulación más las reservas bancarias, alcanzando un valor de 0,67. En junio pasado alcanzó el máximo de 1,69, 2,5 veces por encima del valor al inicio, para estacionarse en julio en 1,56.

Esto muestra un panorama cada vez más complejo en el frente monetario. Sin dudas, junto al paquete de medidas que anuncie Massa, deberían darse cambios de fondo en el manejo del BCRA, que debería adoptar un perfil más ortodoxo, a fin de anclar y alinear las expectativas inflacionarias. Sin este cambio, por más medidas que se propongan, los parches seguirán estirando la agonía de una situación que no parece tener una solución fácil.

El ajuste será duro, pero es necesario, y dado que no hay forma de evitarlo, es mejor que sea realizado de manera planeada y ordenada. De lo contrario, la bomba monetaria terminará explotando y generará mayores efectos negativos en toda la economía.

Columna publicada en Cronista el 3/8/2022

https://www.cronista.com/columnistas/la-bomba-monetaria-que-debera-desactivar-el-equipo-economico-de-sergio-massa/