¿Por qué los argentinos gastaron un poco más este enero?

El ánimo de los consumidores mejoró en enero. Hubo un aumento en la confianza de 7,3% respecto de diciembre, aunque se mantuvo 4,4% por debajo del año pasado, según el índice que elabora todos los meses el Centro de Investigación en Finanzas de la Escuela de Negocios de la Universidad Di Tella.

Se trata de un indicador que sondea cómo es la situación económica personal de los consumidores tanto en la actualidad como respecto de un año atrás; cómo cree que va a ser la situación económica del pais en el corto y mediano plazo y cuál es su predisposición hacia la compra de bienes durables, entre otras consultas.

Sin embargo, el salto en el primer mes del 2023 fue más importante. ¿Qué factores pudieron incidir a favor y en contra del ánimo de los consumidores? Una ligera percepción de mejora en la economía, que incluye la desaceleración de la inflación desde noviembre; el aguinaldo y los bonos que se cobraron a fin de año y, por qué no, los coletazos de la alegría mundialista incidieron en el alza del indicador, según los analistas consultados.

Por otro lado, coexiste la sensación de que la inflación condiciona todo tipo de proyectos: la gente siente que debe sacarse los pesos de encima y se orienta hacia consumos más instantáneos como la salidas a restaurantes o escapadas de fin de semana, según detectó una reciente encuesta de D’Alessio Irol sobre el Humor Social y Político.

En la misma línea, según el Centro de Estudios Económicos Argentina XXI, el alza del consumo “se explica por el desplome de la demanda de dinero: la alta inflación que exhibe la economía hace que la gente decida desprenderse de los pesos a cambio de bienes y servicios, al fin y al cabo, vale más eso hoy que mañana”, señaló en su último informe.

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Entre el endeudamiento y la emisión, la historia de nunca acabar

Eliana Scialabba
Directora Ejecutiva del CEEAXXI

El desarrollo de los mercados financieros a la lo largo de la historia, han tenido un papel preponderante, debido a la función de provisión de liquidez y de conexión entre agentes con excedentes de fondos (ahorristas) y aquellos con necesidad de recursos (prestamistas).

Sin embargo, el sector privado no es el único que busca la posibilidad de hacerse con el ahorro generado por la sociedad. Ya en tiempos de Adam Smith esto era una realidad, contexto que se potenció en los tiempos actuales, y es que los Estados también necesitan de parte de ese ahorro para cubrir sus crecientes erogaciones; solo basta con observar los ratios de deuda / PIB que mantienen la gran mayoría de países.

En el caso de Argentina, se destaca que “los crónicos déficits fiscales a los que se encuentra sometida argentina nos ha llevado a alternar entre financiamiento vía endeudamiento (público) o emisión monetaria. Ambas no han permitido sortear el problema de las altas tasas de inflación, las cuales generan mayor incertidumbre a nivel de políticas económicas”, CEEAXXI (2020).

Dada la dinámica fiscal en la que se encuentra operando la economía argentina, cuando se “libera” (al menos parcialmente) al banco central (BCRA) del financiamiento monetario del déficit, el país debe incrementar su stock de deuda pública, dando lugar a la “aritmética desagradable”, concepto acuñado por Sargent y Wallace (1981), quienes plantearon que sin ajuste fiscal se puede tener un menor nivel de inflación en el período actual aumentando el endeudamiento, pero éste nivel de inflación se incrementará en el siguiente, porque cuando no haya posibilidad de seguir tomando deuda, el BCRA deberá volver al escenario de “dominancia fiscal”, cediendo sus funciones y convirtiéndose en un organismo emisor de billetes y monedas que compensen las necesidades financieras del Tesoro Nacional.

Y este planteo de los autores de la década de los ’80 es lo que ha venido sucediendo sistemáticamente en nuestro país, debido a que los gastos crecen por encima de la recaudación, y esta brecha se cierra con emisión monetaria o deuda pública. Cuando la credibilidad de los mercados es tan baja que no adquiere bonos del Tesoro (ni en moneda local ni extranjera) es donde el gobierno recurre a la última y más dañina opción: la monetización del déficit fiscal.

Es bien sabido que los recursos son finitos. Es por eso que se da una competencia desleal, entre un sector público fuertemente necesitado de financiamiento y dispuesto a pagar altas tasas a plazos relativamente cortos y con condiciones beneficiosas para los acreedores, lo que afecta la posibilidad de conseguir financiación del sector privado. Y este comportamiento es lo que ha llevado a la economía argentina a convivir con un nivel de crecimiento estancado, alta y creciente inflación, volatilidad, cada vez un mayor nivel de riesgo, y menor credibilidad.

¿SE PUEDE ROMPER CON ESTE PATRÓN NEGATIVO?

En la medida que la economía argentina continue pendulando entre el endeudamiento y la monetización del déficit, no habrá posibilidades de reducir la inflación de manera permanente. Si el objetivo es lograr estabilizar el nivel de precios a una baja tasa de inflación, y que esta sea sostenible en el tiempo, se debe reducir la emisión monetaria y el endeudamiento y mejorar el resultado fiscal para compensar la menor monetización y la carga de la deuda.

Sin embargo, debe prestarse atención a como se maneja la mejora del resultado fiscal, ya que en Argentina hemos sido testigo durante los últimos años que el Estado continuó incrementando el gasto público a costa de mayores impuestos que pulverizaron la competitividad del sector privado.

Es por eso, que en esta línea se recomienda un ajuste fiscal ligado a la reducción del gasto público (que incrementó su participación del 26% del PBI en 2003 a 47% en 2020), la cual permita a su vez bajar la carga tributaria, a fin de impulsar las actividades productivas y generadoras de valor.

De acuerdo a estimaciones realizadas por el CEEAXXI, el primer escenario nos muestra el resultado fiscal necesario que debiera generar la economía para mantener el stock de deuda como ratio del PBI en un 70%, mientras que el segundo se realizó con un ratio deuda/PBI del 100%.

Dado que la tasa promedio a la que se encuentra endeudada Argentina es del 6% aproximadamente, con el nivel de actividad estancado (sin crecimiento) debería generarse un superávit fiscal en torno a 4,2% del PBI en el primer escenario, mientras que en el segundo implica un incremento de casi 2 puntos del PBI adicionales de resultado primario (6%).

CONSIDERACIONES FINALES

Somos testigos que no hay margen para posponer el ajuste fiscal, ya que cada vez el ajuste requerido en el próximo período se incrementa, en parte por el alza de los servicios de deuda acumulada (sin considerar los costos adicionales de la deuda denominada en dólares por el efecto de las sucesivas devaluaciones).

¿Cuál es el tamaño requerido del ajuste fiscal? Depende, en última instancia, de la tasa de crecimiento del nivel de actividad, ya que cuanto más crezca la economía en el largo plazo (sin crear presiones inflacionarias), menor es el ajuste fiscal requerido, ya que aumenta la recaudación de impuestos por la expansión de la base imponible.

No obstante, para que la economía comience a crecer de manera sostenible, es necesario que el gobierno logre credibilidad en el plano fiscal y logre bajar la inflación. En este caso, es de vital importancia un endurecimiento institucional que implique que se cumplan los anuncios y que estos sean creíbles (para ajustar a la baja las expectativas inflacionarias) y realizar los ajustes necesarios para financiar el déficit fiscal, para romper con el circulo vicioso de endeudamiento, emisión y estanflación. 

Desafío Exportar, Enero de 2023, numero 210

Vuela el dólar blue: salta $31 en 4 días y el mercado arriesga cuál es el techo

El dólar blue continúa el sendero alcista que tomó hace días. El mercado lo sigue de cerca y analiza las variables que lo presionan mientras trata de acertar un techo para el precio.

Sin embargo, no es fortuita la suba, hay varios elementos que lo están presionando al alza. Uno de ellos y el más evidente es el factor estacional: “Siempre en esta época sube por la mayor liquidez del mercado debido al cobro de aguinaldos”, afirma Eliana Scialabba, directora ejecutiva del Centro de Estudios Económicos Argentina XXI (CEEAXXI).

Pero apunta que algunos aspectos intensificaron la incertidumbre en el último tiempo, como la inestabilidad política que se dio en la última semana como consecuencia de la pulseada entre Nación y CABA por los fondos de coparticipación y eso genera una búsqueda de cobertura en gran parte de los ahorristas e inversores, muchos de los cuales van hacia el blue.

Asimismo, una voz del mercado apunta que “hay que tener en cuenta que, en la época de las fiestas de fin de año y el comienzo de las vacaciones, muchas cuevas cierran, lo que genera una menor oferta y liquidez”.

El BCRA estableció un precio diferenciado para el dólar aplicable a no residentes que gasten con tarjeta.

Y otra de las variables que está restringiendo la oferta por estos días es la implementación del dólar tarjeta para extranjeros. Es que la alternativa de pagar los gastos con los plásticos a precio de dólar MEP es atractiva para los turistas del exterior, por lo que muchos de los visitantes que, hasta ahora iban a vender dólares, reales o pesos uruguayos al mercado del blue están eligiendo métodos electrónicos de pago desde la implementación de la medida del Banco Central (BCRA), que permite a las emisoras de tarjetas de crédito liquidar los gastos realizados con plásticos internacionales por no residentes en el mercado del dólar MEP.

Según datos del BCRA, el uso de ese medio de pago aumentó un 50% desde se implementación de hecho, que se comenzó a concretar desde hace dos semanas y eso comenzó a afectar la plaza, según fuentes del mercado. Ante ese contexto, hace algunos días, varios cueveros preveían que el blue podría dar un salto más fuerte de precio hacia fin de año tal como se está viendo.

Otro elemento que muchos operadores señalan que sería positivo rever es lo establecido por la Comunicación “A” 7340 del BCRA, de agosto del año pasado. “Esa norma generó una parálisis en el mercado, dado que obligó a que las operaciones de dólar MEP finalicen en cuentas bancarias, acortando así los llamados ‘rulos’. Eso limita el arbitraje y termina secando la plaza de dólar blue. Provocaron una disminución de la oferta”, afirma Scialabba.

Nota completa en Ámbito

Inflación el alimentos

1. INTRODUCCION

En palabras de Hazlitt (1946)[1], “la propia inflación no es en el fondo más que una forma singular de tributación. Quizá la peor, ya que de ordinario exige más de quienes cuentan con menores posibilidades económicas. Pero aun suponiendo que la inflación afectase a todos por igual (lo que nunca puede ser cierto, según hemos demostrado), en tal caso equivaldría a un simple impuesto sobre el consumo que gravara con igual porcentaje toda clase de mercancías, lo mismo el pan y la leche que los diamantes y pieles lujosas”.

De esta frase, podemos deducir la naturaleza de la regresividad de la inflación como un impuesto no legislado, ya que, sin lugar a duda, los mayores afectados son los hogares de menores recursos, que destinan una mayor proporción de sus ingresos a la adquisición de alimentos.

En este informe especial, analizamos la inflación en alimentos, considerando una selección de alimentos, bebidas y otros artículos para el Gran Buenos Aires (GBA), realizada por el INDEC en su relevamiento mensual.

2. SUBA DE PRECIOS DE ALIMENTOS

La canasta de alimentos, bebidas y otros artículos es la seleccionada por el INDEC para el relevamiento de precios. Esta incluye 59 productos, y la variedad y la unidad de medida de cada uno se presenta en el anexo.

A fin de considerar un punto de partida comparable con los últimos valores disponibles para el cierre del año 2022, tomamos como base diciembre de 2019, período en el que asumió Alberto Fernández.

A continuación, se presentará la inflación anual y acumulada desde la asunción de Fernández, a fin de tener una medida del impacto de la suba de precios de alimentos y bebidas en el presupuesto de los consumidores, principalmente, tal como mencionamos anteriormente, de menores niveles de ingreso.

2.1. INFLACION 2022

Durante el año 2022, la suba de índice de precios al consumidor fue de 94.8%. En tanto, de los 59 artículos relevados, solo 15 tuvieron un incremento de precios por debajo de la inflación, siendo los productos de menor alza de precios los correspondientes a carne vacuna (carne picada común, asado, nalga, cuadril y paleta), que en promedio tuvieron un alza de la mitad de la inflación.

En tanto, los 44 productos restantes subieron por encima de la inflación, destacándose las mayores alzas en productos derivados de la actividad agrícola, debido a la sequia que afecta al país. En el extremo, la lechuga subió 408%, mas de 4 veces por encima del resto de los precios, seguido por cebolla, batata y papa, productos de alta demanda para los consumidores de menores ingresos: estos precios subieron más de 3 veces por encima del nivel general de precios.

Analizando la incidencia de la suba de precios en 2022 respecto al acumulado 2019-2022, nuevamente los menores números los encontramos en carne vacuna, que de la suba total acumulada, solo en torno al 15% correspondió a un incremento en el último año.

2.2. INFLACION ACUMULADA: 2019-2022

Desde que asumió Alberto Fernández, la inflación punta a punta en sus tres años de gestión fue de 299%.

En el desagregado de la misma lista de productos, encontramos una que mientras 32 artículos se incrementaron por debajo de la inflación, 27 lo hicieron por encima de esta.

Si bien los cortes de carne vacuna se encuentran en 2022 entre los productos de menor suba de precios, en el acumulado se ubican en la otra tabla, con incrementos por encima del índice general de precios.


Nuevamente, la mayor suba la observamos en la lechuga, que incremento su precio en un 761% en tres años. A continuación se ubicaron cebolla, papa y batata, que aumentaron en promedio 660%, mas de dos veces por encima de la inflación.

CONSIDERACIONES FINALES

Del análisis de evolución de precios de alimentos, bebidas y otros productos, vemos que un grupo importante de alimentos consumidos por hogares de menor ingreso (papa, batata, fideos, arroz) ha experimentado una fuerte variación de precios, 2 o 3 veces por encima de la inflación, mientras que, si bien la carne ha presentado las menores subas en 2022, también acumula fuertes incrementos en tres años.

Sin dudas, la inflación no solo es regresiva, tal como planteamos al inicio, sino que tiene una mayor incidencia en los productos con un mayor peso en el presupuesto de los hogares más pobres.

Por otra parte, la dinámica inflacionaria muestra una fuerte variabilidad en los precios, debido a que se ha roto el mecanismo de precios relativos como señales. Los promedios esconden trayectorias muy disimiles, afectadas por condiciones de producción o intervención del Estado. Es hora de liberar todos los precios y que estos vuelvan a ser un reflejo de las preferencias de los consumidores y las condiciones de producción, como así también su asignación eficiente.

ANEXO: Variedad seleccionada y unidad de medida

Fuente: elaboración en base a INDEC


[1] Hazlitt, H., (1946), «La economía en una lección»

Disponible en CEEAXXI