La estafa de la emisión monetaria

El banco central en manos del gobierno nos costará este año 13.500.000.000.000 pesos, equivalente a 7.3% del PBI. Esto nos lleva a pensar que es urgente atar de manos al BCRA.

Durante los últimos años la escala inflacionaria se ha recrudecido, y con ello los debates en torno al rol del banco central como principal culpable de echar más leña al fuego.

El ente emisor, que debería ocuparse exclusivamente de mantener estable el valor de la moneda, ha hecho todo lo contrario, convalidando un fuerte incremento de la emisión monetaria (para financiar déficit fiscal), de la inflación, y, en consecuencia, del impuesto inflacionario.

De acuerdo con estimaciones del CEEAXXI, la suba del nivel general de precios de este año, internalizados los cambios en los precios relativos y las expectativas post PASO, se ubicará en torno al 185% (aunque no se consideran fuertes shocks que puedan ocurrir de aquí en adelante).

Debido a que el BCRA cuenta con el monopolio de la emisión del dinero, recaudará durante este año, en concepto de impuesto inflacionario, 7.3% del PBI, casi 2 puntos por encima de 2022. Medido en pesos, la cifra asciendo en torno a los 13.500.000.000.000 (13,5 billones de pesos), un número exorbitante, que podemos expresarlo en el equivalente de $37.000 por día, para tener una dimensión del gran negocio que constituye para el gobierno tener la “maquinita de emitir billetes” prendida sin parar.

De esta forma, si bien por un lado “reducen” o “eliminan” impuestos legislados como “banderas de campaña presidencial” (devolución de IVA, Ganancias de 4ª categoría), el más pernicioso y regresivo para los sectores de menores ingresos es el impuesto inflacionario, que hace estragos sobre el poder de compra de las personas.

Sin embargo, cuando uno de los candidatos habla de la dolarización como herramienta para para combatir la inflación, los restantes se rasgan las vestiduras con el discurso de la “soberanía monetaria”, la cual solo constituye un negocio para las arcas del gobierno, razón por la cual es tan difícil de soltar.

Es por esta razón que podemos pensar a la emisión monetaria como una estafa a los habitantes del territorio argentino: el BCRA emite dinero para financiar el exceso de gasto del gobierno. Este, al hacerse de los pesos en primer lugar, no sufre tanto el efecto de la erosión del poder de compra, y para cuando estos llegan a la población, ya ha perdido entre 7% y 12% aproximadamente del poder de compra en un mes.

Más allá de las opiniones a favor o en contra de la dolarización u otro tipo de forma de “atar de manos” al BCRA, queda claro que, en este punto, ya no estamos hablando simplemente de un problema económico, sino de uno mucho más profundo, que es la explotación que realiza el sector político del resto de la sociedad. Por lo tanto, la discusión que tenemos por delante se basa en como sacar esa fuente de recursos al Estado, a fin de devolver a la gente el fruto de su esfuerzo, reflejado en poder de compra del dinero.

Sin considerar este flagelo con un enfoque más allá de los netamente económico, no hay manera que Argentina pueda encauzar su macroeconomía, ya que todos sus problemas derivan, en ultima instancia, de no contar con un bien que funcione como dinero.

Mientras tanto, este gobierno se apropiará para finales de año, más de $300.000 por cada uno de los casi 47 millones de habitante del país. Si le diéramos ese monto a cada persona, seguramente le daría un mejor uso que seguir financiando una estafa.

Desafío Exportar

Reservas en crisis: por qué caen a su nivel más bajo desde 2006

En la última rueda del mes y en el marco del nuevo dólar para exportaciones, el Banco Central siguió sumando divisas con lo cual extendió la racha compradora en el mercado cambiario a siete jornadas seguidas, al registrar un saldo neto positivo de u$s136 millones

De todos modos, la entidad monetaria cerró octubre con un monto de ventas netas de u$s231 millones ante la menor liquidación de divisas del campo pese a que el gobierno había extendido la vigencia del dólar soja 4 hasta el 25 de octubre.

Eliana Scialabba, Directora Ejecutiva del Centro de Estudios Económicos Argentina XXI (CEEAXXI) estimó que «habrá una presión a pasar a una posición vendedora, ya que a poco de salir del cambio fijo planteado post PASO, habrá una mayor demanda, aunque esta podría ser no convalidada por el BCRA, aplicando nuevas restricciones al mercado».

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Dólar blue, bajo la mira del mercado: ¿puede perforar el piso de $900 antes del balotaje?

Tras un mes agitado que estuvo marcado por el antes y después de las elecciones presidenciales en primera vuelta, el dólar blue cerró el martes en $920 lo que implica una baja diaria de $50, y un descenso de $180 frente al récord nominal de $1.100 que registró en octubre por la mayor demanda por cobertura electoral, aunque en el mes trepó $120. Y algunos analistas prevén que el blue en los primeros días de noviembre podría perforar el umbral de $900 aunque auguran que dos semanas antes de los comicios se reanudará la presión.

Eliana Scialabba, Directora Ejecutiva del Centro de Estudios Económicos Argentina XXI (CEEAXXI), evaluó que «la calma financiera durará un par de días más». Sin embargo, resaltó que «tenemos que tener en cuenta que durante los siguientes días habrá cobro de sueldos, los cuales serán dolarizados por aquellos que cuenten con la posibilidad de hacerlo»

Así, la analista espera que «durante la segunda semana del mes aumente adicionalmente la presión sobre todas las cotizaciones paralelas previo a las elecciones, en un escenario tan ajustado de cara a la segunda vuelta».

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Plazo fijo: con el dólar volando y una inflación de dos dígitos, ¿habrá suba de tasas?

Este jueves se conocerá el dato del Índice de Precio al Consumidor (IPC) de septiembre que publica mensualmente el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) y los analistas privados esperan que estará entre el 11% y el 12%, por debajo del 12,4% de agosto. Sin embargo, se trata de un nivel aún muy elevado y, en un contexto cambiario tan complejo como el actual, se reactiva la discusión sobre las tasas del plazo fijo.

Y es que, en un contexto en el que el dólar blue roza los $950 por la dolarización de activos y los financieros cotizan en torno a los $850, el mercado pone la mirada en el Banco Central (BCRA) a la espera de si hará cambios o no en las tasas de política monetaria.

Todos los meses, la difusión del IPC es lo que activa la discusión de política de tasas, por lo que, este jueves, tras la publicación del dato de inflación, se espera que haya novedades en este sentido y, si bien nunca se anticipa qué hará, esta vez la duda es grande por el contexto incierto. La falta de certezas se traslada también a ese plano.

Por un lado, gran parte de los analistas, sostiene que es muy probable que no las cambie. Y es que ese sector del mercado considera, tal como plantea Eliana Scialabba, directora ejecutiva del Centro de Estudios Económicos Argentina XXI (CEEAXXI), en diálogo con Ámbito, “el BCRA ya no tiene margen de maniobra”.

La analista sostiene que, desde que se conoció el dato de la inflación del mes pasado, que fue del 12,4%, la entidad no realizó ninguna suba en la tasa de interés y explica que lo hizo porque considera que, en el actual contexto, un movimiento de ese tipo sería obsoleto.

La dolarización, ¿es reversible?

Sucede que la dolarización de ahorros y carteras que se ve en este momento no responde a una insatisfacción con el rendimiento de las tasas, sino a una búsqueda de cobertura ante la incertidumbre preelectoral.

“Desde el punto de vista económico, hay un nivel en el que la tasa deja de ser efectiva como ancla en la competencia con el dólar: los argentinos ya eligieron ese activo y, por más que el BCRA corra de atrás con un ajuste de los rendimientos del plazo fijo, no logrará retener el capital allí”, apunta Scialabba en este sentido

Asimismo, considera que no hay incentivos ni económicos ni políticos para subir la tasa, ya que Massa no podrá capitalizar un endurecimiento monetario antes de las elecciones porque los plazos fijos que podrían colocarse luego de esa decisión vencerán en noviembre, luego de ir a las urnas.

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